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viernes, 11 de enero de 2013

Organización de Grupos.-


A la hora de trabajar con un grupo de niñ@s debemos saber de antemano cómo vamos a organizar ese grupo. Como en todo, no existe una organización válida y universal que funcione siempre, sino que la organización de ese grupo dependerá, principalmente, de 3 variables. A saber: el/la maestr@, l@s alumn@s y los contenidos a trabajar. También dependerá en buena medida de otros factores como el espacio y la actividad a realizar.

En función de la duración del grupo podemos organizar grupos estables o de larga duración, y grupos ocasionales o de duración corta. Los primeros tienen como ventaja la facilidad de organizarse, pues como son grupos preestablecidos, apenas perderemos tiempo en convocar a sus componentes; los segundos tienen como principal ventaja la motivación de trabajar con gente nueva y el que no se vicie el grupo, esto es, que se terminen estableciendo roles (el/la que trabaja siempre, el/la que vive de l@s demás, …).

En función de quién determina la formación de estos grupos, observamos los que están formados por l@s propi@s alumn@s, y los formados por el/la maestr@. Las vetajas del primero son la implicación de los discentes, pues ell@s son l@s protagonistas; en cuanto a las ventajas de los segundos tenemos la homogeneidad de los grupos y la no-exclusión de ninguno de sus miembros.

En cuanto al tamaño de los grupos podremos contar con participación individual, por parejas, pequeños grupos y gran grupo. Todos tienen ventajas e inconvenientes. Lo ideal es modificar el tamaño de los grupos en función de otras variables.

En cuanto a la distribución por el espacio tenemos: en columnas, en circunferencia, en “U”, aleatoria…

Partiendo de lo anterior, el papel del/a maestr@ puede cobrar diferentes valores, que van desde la instrucción directa hasta la de mediador/a de los aprendizajes. Su ubicación puede ser tanto interna como externa al grupo, dependiendo del papel que desee jugar en la actividad o de lo que desee que hagan sus pupil@s.


El curso pasado debía buscar la forma de organizar el grupo de alumn@s de 1º del que era tutor. Rosa, la orientadora del centro, me ofreció una herramienta que me ayudó mucho a la hora de buscar unos criterios para organizar esos grupos. Diseñé una tabla de doble entrada en donde pretendía organizar a est@s niñ@s en función de dos parámetros, cada uno de estos parámetros dividido en 2 ó 3 particularidades. En el ejemplo de abajo he diseñado una tabla como aquella, cambiando los parámetros. En este caso son, uno, el nivel académico del/a alumn@, y dos, el nivel de integración en el grupo (popularidad).
Teniendo en cuenta el número de alumn@s (en este caso 24) y el número de grupos que deseaba (4) inquirí la forma de obtener 8 alumn@s que atendieran al primer parámetro, y el resto que atendieran al segundo. Debemos tener presente esto antes de comenzar a cubrir la tabla.

En el supuesto de esta tabla, en cuanto al primer parámetro, el nivel académico del/a alumn@, lo que busco son los extremos: si es muy buen@ ó si, por el contrario, le cuesta alcanzar un nivel mínimo aceptable.
En cuanto al segundo, el nivel de integración en el grupo, busco las relaciones que se establecen entre ell@s: a quien buscan más, quien está más “descolgad@”, quienes no pueden estar junt@s (que a veces también sucede)... Esto podríamos saberlo por medio de la observación y conocimiento del grupo o por medio de un sociograma en el caso de que llevemos poco tiempo con el grupo o deseemos contrastar las relaciones existentes entre ell@s. Más adelante hablaremos de los sociogramas, pero ya será en otro post.


Una vez establecido el primer filtro (atender a uno de esos dos parámetros), obtenemos una tabla en la que l@s alumn@s tienen coloreada una sola casilla, en este caso, azul o naranja si atiendo al nivel académico; ó verde, amarilla o roja si atiendo al nivel de integración dentro del grupo. Es el momento entonces de pasar el segundo filtro. Dentro de esa casilla coloreada escribo un signo más (+) o un signo menos (-) atendiendo al otro parámetro de la tabla, buscando siempre los extremos, esto es, obviando el término intermedio.
Si prestamos atención la tabla observamos que el/a “alumn@ 1” sería un/a  niñ@ que necesitaría ayuda del grupo para elevar su nivel académico y, además, el signo positivo (+) nos indica que es alguien con una buena aceptación dentro del grupo. Atendiendo a esta información podríamos situarl@ en un grupo donde haya alguien con un buen nivel que pueda ofrecerle ayuda en un momento determinado, y también sabremos que, en principio, no tendría problemas de relación con ningun@ de sus compañer@s, por lo que podría pertenecer a cualquier grupo que cumpla el requisito anterior.

Otro ejemplo sería el/a “alumn@ 2”, el cual aparece en la tabla como rojo (poca aceptación por parte de sus compañer@s) y menos (bajo nivel académico). Su ubicación sería similar a la del/a “alumn@ 1”, teniendo en cuenta, además, con qué alumn@s podría presentar problemas de relación para no ubicarlos en el mismo grupo.
Una vez finalizada la tabla e interpretada la información en ella recogida, estaremos en disposición de ubicar a nuestr@s niñ@s en los diferentes grupos, como en el ejemplo del dibujo.

Esta es una de las muchas formas de hacer grupos. A mí, el curso pasado, me había dado un buen resultado. Para hacer vuestros propios grupos podéis ayudaros de unas tablas como ésta, adaptando los parámetros, o de otras herramientas, las cuales deberéis escoger siempre en función de las variables destacadas al inicio de este post.

Autor pictogramas: Sergio Palao - Procedencia: ARASAAC (http://catedu.es/arasaac/) - Licencia: CC (BY-NC-SA)

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